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Mostrando entradas de 2013

Amando en sol

Las plagas: una casa charco mojando mis letras; un sollozo constante en lágrimas del cielo que caen despiadadamente rompiendo mis huesos; demonios de sangre infecta que recorren el cuero cabelludo; un amor cobarde que arde desnudo. Los contras: un poco de sol que guardo en el corazón; té, chocolate y café; jabón y uñas de tierra; epistemología: el amor de siempre bonito valiente.

Descuido

Todo está mojado no para limpiar es agua que se dejó correr silenciosamente. La casa completa: los libros la ropa el colchón están afuera. Las manos y los pies el corazón y los días arrugados. Tintan que discurre la libreta vieja y los poemas escurren. Vivíamos en el piso y el agua no pide permiso. Hoy vivimos colgando de un alambre.

Manteniendo la esperanza

Siento una tristeza profunda por las condiciones vitales de miles de nosotros, de nuestros hermanos. Es un dolor viejo y ya lo he llorado bastante. La injusticia es antinatural. Pero sé que no cambiaré el mundo, que lo que debo hacer es vincularme a la gente que quiere trabajar por su entorno y seguir creyendo en el poder colectivo. No estoy así solo por ver niños con paludismo en los videos de las visitas oficiales del secretario de educación, con saludos directos del señor alcalde, a una comunidad indígena que, en el intento de ser occidentalizada, ha quedado con escuelas improvisadas en kioskos de madera en condiciones miserables. Con el Nacho Lee apilado en un costal junto con los libros de Matemáticas y Español, que comparten un espacio, denominado por el señor secretario como “la biblioteca”, con los alimentos y las ollas del “restaurante escolar”. En los pocos días que llevo acá he visto una relación complicada entre la administración municipal y los pueblos indígenas. El

Una mágica visita

Frente a mí un túnel de luz donde él se transportaba. Podía escucharlo, decía unas bonitas palabras en mis oídos, mientras yo expectante veía caer la línea que lo dejaría llegar a la pradera. No pude entender cómo lo escuchaba, porque la fila de colores en diagonal, donde supe que venía su carga y energía, estaba a más de diez metros del balcón desde donde lo observaba. Sin embargo, su voz latía en mi corazón encantando el lugar, habitándolo. Yo acababa de llegar y sentí las sonrisas, las caricias de la lluvia entre el airecito atravesado por el sol. Lo vertical y lo horizontal se diluían en una función imposible, no solo infinita, sino multidimensional hasta el infinito también. Los colores en el espectro visible eran la voz, y los otros, que podía ver sin ser para esto, eran todo su cuerpecito verde que me tocaba en la vibración. Cuando no habló más seguí viendo el verde iluminado y el túnel desapareciendo en la bruma. La despedida reactivaba el ciclo y me daba la bienvenida al

Frontilíneas

La luna ha llegado tranquila Es el ciclo perfecto. Corredores mágicos: Uno blanco en fondo verde, las nubes palpables ocultaban la línea de madres cubriendo el suelo, mientras las cimas asomaban en solemne duelo. El del duende inerme, pasillo colorido y brillante, que para verme ha llegado a la pradera. Luego otro sobre un cable de cantores con pecho grande y trino andante. Un canto rito envidiable El escenario: un balcón en las montañas de la tierra, con frías mañanas. El horizonte es girola de luz. Todos los pasillos me muestran formas del Ser. Siento el día bailando azul formando anillos, cada fragmento en su hacer. La escenografía es cambiante, no son  las mismas montañas. ¡Lo veo! Soy todas aquellas marañas que en destello fascinante siento vivir en mí. Montañas con nubes naciendo Arcoiris de jabón en lluvia cariñosa Pechiamarillos en reunión de juglares. Y ahora mismo la noche que suena en un grillo perseverante.

Farológico

Apago la luz. Con unas tenazas agarro el bombillo aún caliente y lo exploto en la tensión de sus cristales. Los vidrios me hieren en esa habitación. Pero el silencio oscuro, sin los afanes lúcidos, ronca las ideas para llenarme de precisión. Me detengo, levanto la cabeza e invoco al alma.

Una princesa importante

Pelear desde el ego es la cuestión más extraña que se ha pensado en esta pequeña habitación. La rareza discute en la naturaleza conservada de sentirse importante. Una pequeña chica ha estado esperando a pesar de sus acuses mentales de fluir, se da cuenta de su falta de fuerza y recuerda nuevamente la situación que le avergüenza. En una noche de estómago revuelto apareció una estrellita brillante, un muchacho con ojos de fuego, un volcán. Princesa de brazos abiertos sonríe y conversa, es una linda compañera y se divierte olvidando su estómago entre el hedor de la nueva ebriedad. Es alagada, calificada y clasificada, esa noche ha sido toda ella princesa y se ha llevado el título inscrito como las verdades que hay entre las palabras. Había pensado ya en abrazar la noche con esos ojos, en derramarse transparente mientras aspira ese cuello. Sus planes incluían un pequeño detalle, ahora sabe que podría calificarse como un capricho, es más, lo acepta como tal y se arriesga a sentirse imp

Perjuicia no siempre está inquieta

Desde la noche que lo soñó, Perjuicia , sintió el impulso de encontrarlo para comprobar aquella sensación con que despertó después de estarle cerca. Un día, en que recobró su espacio quedándose quieta para observar los movimientos que a su alrededor parecían aturdirla, lo pensó con una evocación sincera y en calma. Pasó la tarde siendo las palabras en su cabeza, cuando terminó de leer su cuento decidió irse sin afanes, después le entraron ganas de caminar para ser testigo de tanta quietud que siempre parecía evadirle y que ese día al fin la consumía. Había bonche en la Universidad y todo parecía vacío, entonces pasó por un lugar oscuro donde se peleaban los egos esperando un ataque que nunca acaeció, cruzo el puente, luego se asustó y retrocedió. Llegó en un bus que se había desviado al destino próximo que se le ocurrió de pronto, donde había programada una película, pero nada la esperaba allí, solo paro-noia. Entonces decidió caminar un poco entre las gentes que tomaban cerveza

Fotografía colegial

Veo dos muchachos parados en la esquina. Ella está frente a él en diagonal poniendo su atención en mitades. Sus rasgos juveniles se afean con el desteñido uniforme y la cara sucia de mulatos. Ella tiene un accesorio curioso en el pelo, algo así como una tirita de nailon con piedras brillantes del largo completo. Su cabellera es espesa y oscura. Ella juega con la tira y la balancea con picardía. Él sigue la conversación e intenta controlar su mirada para no perderse en el pendular. Me quedo pensando en lo que los une, mientras intento descifrar la función de aquel extraño objeto en su cabeza. La muchacha se da la vuelta completa, él agarra rápidamente un mechón abuntante de su cabello y lo huele con pasión (ese instante los congela para siempre en mi memoria). La chica se reincorpora inesperadamente y él deja que el pelo se deslice por sus dedos con naturalidad mientras juega a mirarla dulcemente. Y después, una sonrisa tímida, un abrazo de miradas... Ahora sé que son el olor de su pel

Sentido en Letra.

Buen día que suena a otra lucha incansable por resistir. No como un secreto por encontrar o un enigma por resolver, más como una herida que sangra y no sana. Un no sé cómo ni para dónde agrio. Estoy rendida a los pies de mi estómago y no entiendo para qué la cabeza pregunta tanto si se pone a llenarme el pecho de mocos. Estas soledades son inquietantes porque termino regada y entonces me encarto con la gente que hay en mí. No podría aborrecerlas, son tan hermosas todas como yo misma, me acarician con sus observaciones, tanto inteligentes como impulsivas. Me mantiene en pie de lucha reconocerlas y me abstengo ahora de implicarme más allá. Quiero compartir pero mi entrega no merece la angustia, rayando los cristales y retándome a ser yo misma para encontrarme con rotas ganas de agarrar. Negra y tranquila, tostada y al tiempo recargada por el sol, en quien me baño y a quien invoco a brillar más fuerte cada vez. En mi contexto machista hablarle al masculino como arquetipo de fuerza es