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Mostrando entradas de 2014

Aquí y Ahora

Aquí entre las distancias de las cercanías frustradas de las riveras en fractal de las muertes y de los deseos, está la mirada confusa del ser. Aquí entre las sustancias de barriles desnudos vacíos de maternidad escombros de espumosa verdad, está la cebada fermentando luz. En medio del mundo y de la roca que lo compone se avista una melodía quebradiza una amarga noche de retumbar de volver a encontrar un cuerpo que huye y se embriaga con atenciones. Oído envuelto en agua traído al ahora entre las sedosas fibras con la mano suelta y el vientre burbujeante. Escuchar la mar que esparce la luz sin canales ni espacios sin necesidades, en armónico pitido estridente en líquido amniótico de consonancia retórica.

Tejiendo las horas

Y si me roba la cama la energía yo le robo sus almohadas para hacerme una nube de humo y pretensiones. Y si la vida me da tiempo muerto yo muero por desenredarle los tiempos y las vidas y chuparle los huesos a estas manos inquietas y a estos pies que se entrecruzan buscando un placer que llega gime se va y vuelve a pedirlo. Qué va, no es sueño ni sed ni hedonismo, qué va, no es la época ni la generación, ni la ciudadanía de consumo. Este desgarro caballo está surciendo un horario para incumplirlo.

Un solo tiempo

Y sentir que los días son poco para algunos, verse en el reflejo de un tiempo obligado antecedido otorgado. A mí que me desplacen los segundos de batalla frente a esta muerte del que hacer, que me arranquen la piel de las agallas antes de usarla para simular un querer. Cada tiempo en su segundo de inmediatez de necesidad de tentativa responsabilidad, ¡negación! y de doble vía: desde el conflicto hasta la libertad; desde el vacío hasta la soledad.

Magia negra

Para lo que no se ha dicho existe la desolación, la rabia, la angustia, la mediocridad, la ignorancia, la indiferencia el rechazo la tristeza, el tibio vacío. Y ya en estas sensaciones la palabra se anula se pervierte es magia apagada antes que pronunciada recorriendo - cortando ahondando distancias.

Como una gallina

Me gustaría escuchar tu voz para rehabilitarme. No es que me sienta viciado o necio con la vida, más bien siento que la caída natural de esta me va llevando al borde del abatimiento. Y ya sé que como dice Cortázar, todo cae, tan fragilmente como una hoja seca o una gota salada en los labios de quien sufre. Mientras caigo, no sufro, observo, cuando siento que he caído, la ansiedad se apodera de mis poros y los erige hacia la subida, que casi siempre, duele en los pies. A mi que me gusta subir en campo abierto, reventarme los pulmones exigiendo capacidad, escuchar los pájaros y jugar a buscarlos mientras avanzo en la espesura de la montaña cada vez más alta..., tengo tan cortas las piernas hoy. Ya sé de la inercia, de la pereza juvenil atada al tiempo libre y a la gente irresponsable, ya sé que parece que no sé de lo que hablo, pero como no estoy hablando sino dejando huellas escritas de lo que soy, me permito no bloquearme y afirmar que es sencillo mirarse allá abajo, pero agarrar todo