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Mostrando entradas de 2015

La poesía absurda

Si se piensa que el poema tiene un fin: se acabó. Hace rato que la historia da vueltas y si no, ¿de qué se trata? La locura incluso cambia. Ya no es nada safado hablar en el tono nadaísta. Póngase a pillar y todos usamos esas formas porque nos alentaron, nos envolvieron y revindicaron en su época, cosas que hoy agradecemos. Es igual que la guerra. Mantener una forma se vuelve excesivo, se normaliza y atosiga. En una rama o escuela o forma de aprender algo, siempre hay ideas que mueven y las que siguen esos movimientos. Entonces estamos ahí, en la poesía maldita que tanto nos enseñó sobre la muerte, la enfermedad, el desespero, la impotencia hacia la sociedad y su sistema limitado. Militando en lo que no creemos pero que parece ser la forma de rebelarse. Si, originalidades en las mismas vías de buscar la inspiración. Ese arte bohemio que se entregaba a un mundo siniestramente más reconfortante que la vida de obrero a la que se veía sometida una clase o una posición hacia la vida, me da

Migajas paradigmáticas

La paradoja es un palabra y como todas ellas atrapa. La precisión es una característica y así como describe atrapa. Si digo desmenuzar puedo tocar las meduzas con el aire que se escapa de la zeta y ver a mis manos sacando pedacitos pequeños como migas que cargan hormigas iguales a las que canto mientras logro ir hasta la nota que las atrapa y que me hace libre -mientras el trapo pasa suave por el concepto-. Entonces no somos mendigos, aunque armemos el mundo con su limosna aunque miguemos el pan para Miguel y podamos decir también que él es miga de pan sin ver la distancia entre masticar y escribir manteniendo la impaciencia al borde del abismo para tensar la emoción y afirmar los pies sobre la desnudez del alma atrapada también por lo mismo que la impulsa para ser en la tierra: el cuerpo la muerte la madre blanca la niña bonita la manía de Ser. volveravolveravolveravolver cíclopecíclicocírculocínico

Tarde Ser

Soplo un instante para que se detenga el vaivén de esta plataforma me marea me embriaga me distrae y yo me necesito entre este desespero de las sonrisas y los silencios que se me escapan veo tantos otros con sus canciones con sus meneos sus afanes sus amores y yo entrego los míos me los arrebato para aliviarlos en nada jugando a llevarlos junto a la barca de otros sin arrancar la mía prefiero navegar los atardeceres las mañanas me derrotan y las noches me roban el alma en un amanecer adolorido disperso. La muerte es hermosa en ese amarillo que se difumina como ardor taciturno sobre azul de profundidad unánime ave de vuelo alto que no despega hasta que se ahoga en una noche desnuda.