Buen día que suena a otra lucha
incansable por resistir. No como un secreto por encontrar o un enigma por
resolver, más como una herida que sangra y no sana. Un no sé cómo ni para dónde
agrio. Estoy rendida a los pies de mi estómago y no entiendo para qué la cabeza
pregunta tanto si se pone a llenarme el pecho de mocos. Estas soledades son
inquietantes porque termino regada y entonces me encarto con la gente que hay
en mí. No podría aborrecerlas, son tan hermosas todas como yo misma, me
acarician con sus observaciones, tanto inteligentes como impulsivas. Me
mantiene en pie de lucha reconocerlas y me abstengo ahora de implicarme más
allá. Quiero compartir pero mi entrega no merece la angustia, rayando los
cristales y retándome a ser yo misma para encontrarme con rotas ganas de
agarrar. Negra y tranquila, tostada y al tiempo recargada por el sol, en quien
me baño y a quien invoco a brillar más fuerte cada vez. En mi contexto machista
hablarle al masculino como arquetipo de fuerza es creerme una copia de algo así
como un ser clasificado y orientado. Y creyéndome me creo mientras me creen
algo entre líneas como si aliteración fuera igual a alteración y este sentido
tuviera algo de letras.
Imagino que soy sin este cuerpo un saber ser, un absoluto que no se pregunta por lo absurdo y mucho menos por lo abstracto. Esa imagen que no es táctil me sabe a humo y sube hasta lo que sabemos es la atmósfera que nos cobija la vida. Me separo de lo que soy para intentar amar sin nudos que me nublen la posibilidad de crecer e intento romper esa fina capa de oxígeno que nos contiene. Ingenio una vía hacia la estrella más cercana y me solidarizo con un calor que ya no siento, pero aún lo recuerdo, y ahora más que nunca resisto. Más y allá comienza la fusión con ese fuego que enceguece y del que no quedan formas ni ataduras terrenales. Saber y sentir son pasados de lo que ya esta nada en la que me he convertido no tiene el más mínimo reflejo. Dispersa en lo lácteo de mi camino me he tropezado con los límites del universo conocido: la materia oscura, el túnel hacia otra dimensión que no requiero porque ya no existe la curiosidad con la que comencé este viaje, no existo yo, así en masculin...
Comentarios