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Una mágica visita



Frente a mí un túnel de luz donde él se transportaba. Podía escucharlo, decía unas bonitas palabras en mis oídos, mientras yo expectante veía caer la línea que lo dejaría llegar a la pradera. No pude entender cómo lo escuchaba, porque la fila de colores en diagonal, donde supe que venía su carga y energía, estaba a más de diez metros del balcón desde donde lo observaba. Sin embargo, su voz latía en mi corazón encantando el lugar, habitándolo. Yo acababa de llegar y sentí las sonrisas, las caricias de la lluvia entre el airecito atravesado por el sol. Lo vertical y lo horizontal se diluían en una función imposible, no solo infinita, sino multidimensional hasta el infinito también. Los colores en el espectro visible eran la voz, y los otros, que podía ver sin ser para esto, eran todo su cuerpecito verde que me tocaba en la vibración. Cuando no habló más seguí viendo el verde iluminado y el túnel desapareciendo en la bruma. La despedida reactivaba el ciclo y me daba la bienvenida al centro del universo. 

Creo que fumé un cigarro, saqué unas fotos y leí algo para salir del asombro. Sinceramente no recuerdo si leía en el sueño de Amalfitano un arcoiris o un desierto. Las palabras del duende no eran comunistas y él no se sentó sobre una letrina, o tal vez sí, pero lo tapaban los árboles y en realidad no vi la forma de un hombrecito verde. Pero sí me mostró la tercera pata, la magia, esa sin la cual el hombre no podría sostenerse. Y no es broma, así no más, entre oferta y demanda, no se puede vivir.

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Libertad para hacer uso público de la razón

" Sin embargo, para esa ilustración sólo se exige libertad y, por cierto, la más inofensiva de todas las que llevan tal nombre, a saber, la libertad de hacer un uso público de la propia razón, en cualquier dominio. Pero oigo exclamar por doquier: ¡no razones! El oficial dice: ¡no razones, adiéstrate! El financista: ¡no razones y paga! El pastor: ¡no razones, ten fe! (Un único señor dice en el mundo: ¡razonad todo lo que queráis y sobre lo que queráis, pero obedeced!) Por todos lados, pues, encontramos limitaciones de la libertad. Pero ¿cuál de ellas impide la ilustración y cuáles, por el contrario, la fomentan? He aquí mi respuesta: el uso público de la razón siempre debe ser libre, y es el único que puede producir la ilustración de los hombres. El uso privado, en cambio, ha de ser con frecuencia severamente limitado, sin que se obstaculice de un modo particular el progreso de la ilustración". Kant: ¿Qué es la ilustración? (Fragmento). http://www.cibernous.com/autores/kant
Es un desespero interno, un no sé qué hacer. Es sencillamente no hallarme en ningún lado, sin razones, con las ganas bajitas, con la indecisión alborotada. Días de niña, femeninos y lunáticos... Días de encierro en el mí misma atormentador. Soy de piedra o de barro y no tengo activado en la cabeza el chip de la decisión. Bajito el ánimo, alto el sueño y el cansancio. Tal vez razones me faltan, pero no en la vida, sino en la cotidianidad. ¿What's your name? ¿What's your number? - La lluvia me atrapa, me encierra, me tumba- Pero... Los días de sol vuelven y con ellos mi energía, lo mío son las tardes brillantes. Es como si mi fuerza se recargara con el sol. Y no es que no me guste la lluvia, siempre disfruto de su sonido y a veces me parece que tiene una belleza insuperable. Pero su aparición continua me va poniendo taciturna y dormilona, y ahí es que llega todo el desespero anteriormente mencionado, aunque a veces quisiera no excusar al mundo por mis estados de áni