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Lloviendo

Está lloviendo, porque nunca llueve sin razón.

Hay quién espera la lluvia para calmar las ansias de una brisa helada; otro, para sentir sus pies mojados, sus pies sucios y quebrados; hay alguien que necesita un sonido que apacigüe la llama que arde dentro de sí, con ganas de llorar, de lloverse, de tronarse las entrañas para sacar todo lo que ha quedado condensado. Lo que ha estado siempre detrás de una sonrisa, un silencio, una mirada... tras una huella dura y brusca que mancha su futuro.

No lo hace sólo porque le importe saber qué vendrá, sino porque lo acompañará. Yo le he dicho que puede llover cuando él quiera, que se llueva, que se moje, que se arranque con una ventisca todo lo que más pueda. ¿y para qué va a poseer recuerdos? si le duelen y me duelen a mi, si se siente sólo en esta carrera contra sí mismo, si no debe ser el que siempre ha sido porque no es lo que quiere, es más, no sabe si lo quiere. Pero se demora para decidir, él va corriendo y pasa por mi lado y yo le digo que hay que detenerse, pero él me dice que no puede, que quiere correr y no sentir, porque sentir es difícil, sentir hace que se encienda esa llama, si, esa llama que le duele, que le arde, que lo desespera. Y entonces tiene que esperar esa maldita lluvia, porque es lo único que le calma, porque suena a caos, a un caos lleno de nada, que deja a su paso las cosas mojadas y limpias. Pero que se va a acabar y debe durarle y sonarle lo suficiente para que él escuche; porque es desatento, es estúpido.

La lluvia lo sorprende y lo llena, lo sacia, lo conmueve; pero él no la espera, él no lo sabe.

Comentarios

manuel celis ha dicho que…
eeeeeeeeeeeeeeeeee casi q nooo!!! jajajajajajaja este me gusto ..... me agrada mucho todo lo q llega por medio de la lluvia y todo lo q provoca ..... ;D

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                                                        http://elblogcanalla.com/

Libertad para hacer uso público de la razón

" Sin embargo, para esa ilustración sólo se exige libertad y, por cierto, la más inofensiva de todas las que llevan tal nombre, a saber, la libertad de hacer un uso público de la propia razón, en cualquier dominio. Pero oigo exclamar por doquier: ¡no razones! El oficial dice: ¡no razones, adiéstrate! El financista: ¡no razones y paga! El pastor: ¡no razones, ten fe! (Un único señor dice en el mundo: ¡razonad todo lo que queráis y sobre lo que queráis, pero obedeced!) Por todos lados, pues, encontramos limitaciones de la libertad. Pero ¿cuál de ellas impide la ilustración y cuáles, por el contrario, la fomentan? He aquí mi respuesta: el uso público de la razón siempre debe ser libre, y es el único que puede producir la ilustración de los hombres. El uso privado, en cambio, ha de ser con frecuencia severamente limitado, sin que se obstaculice de un modo particular el progreso de la ilustración". Kant: ¿Qué es la ilustración? (Fragmento). http://www.cibernous.com/autores/kant
Es un desespero interno, un no sé qué hacer. Es sencillamente no hallarme en ningún lado, sin razones, con las ganas bajitas, con la indecisión alborotada. Días de niña, femeninos y lunáticos... Días de encierro en el mí misma atormentador. Soy de piedra o de barro y no tengo activado en la cabeza el chip de la decisión. Bajito el ánimo, alto el sueño y el cansancio. Tal vez razones me faltan, pero no en la vida, sino en la cotidianidad. ¿What's your name? ¿What's your number? - La lluvia me atrapa, me encierra, me tumba- Pero... Los días de sol vuelven y con ellos mi energía, lo mío son las tardes brillantes. Es como si mi fuerza se recargara con el sol. Y no es que no me guste la lluvia, siempre disfruto de su sonido y a veces me parece que tiene una belleza insuperable. Pero su aparición continua me va poniendo taciturna y dormilona, y ahí es que llega todo el desespero anteriormente mencionado, aunque a veces quisiera no excusar al mundo por mis estados de áni