Ir al contenido principal

Le vendo mis zapatos

Yo quiero que usted los posea, sólo usted sabría como caminar en ellos y hacerlos sentir que soy yo quien los camina. Mire que me han acompañado mucho, son los que tengo desde que empecé la universidad, si, desde aquella época donde todo era nuevo para mi, créame, ni siquiera fumaba y fíjese que ahora es a mi al que fuman. En el tiempo en que me quedaba el día entero viendo su pelo, que desprendía un brillo tan hermoso como el olor de un cartucho recién cortado. Y ahora, sólo tiene esa maraña de color extraño que usted misma se ha encargado de formar.

No es que quiera unos nuevos, estos me gustan,pero he decididido que debe comprármelos. Si usted es inteligente, entenderá que estamos menos cerca de lo que estaríamos si los tuviese, bueno, puede no ponérselos, pero eso sí, debe tenerlos consigo.

¿Cuánto valén?, veo que no está muy convencida de comprarlos, pero si le digo el precio tal vez se anime: solamente necesito esa flor que ha traído hoy en su oreja, bueno, no la necesito, creo que eso valen mis zapatos. Desde aquí puedo olerla, su color me atrae y hasta me siento excitado pensando en besarla cual si besara su oreja. Pero no me mire así, yo sólo quiero que esa flor muera a mi lado, con el roce de su piel y los pétalos, con la certeza de que gracias a ella, usted tendrá mis zapatos.

Comentarios

Lucas Vargas Sierra ha dicho que…
Éste me gustó. Punto.

¡Alegría!

Entradas populares de este blog

Sustento de tierra dulce

Imagino que soy sin este cuerpo un saber ser, un absoluto que no se pregunta por lo absurdo y mucho menos por lo abstracto. Esa imagen que no es táctil me sabe a humo y sube hasta lo que sabemos es la atmósfera que nos cobija la vida. Me separo de lo que soy para intentar amar sin nudos que me nublen la posibilidad de crecer e intento romper esa fina capa de oxígeno que nos contiene. Ingenio una vía hacia la estrella más cercana y me solidarizo con un calor que ya no siento, pero aún lo recuerdo, y ahora más que nunca resisto. Más y allá comienza la fusión con ese fuego que enceguece y del que no quedan formas ni ataduras terrenales. Saber y sentir son pasados de lo que ya esta nada en la que me he convertido no tiene el más mínimo reflejo. Dispersa en lo lácteo de mi camino me he tropezado con los límites del universo conocido: la materia oscura, el túnel hacia otra dimensión que no requiero porque ya no existe la curiosidad con la que comencé este viaje, no existo yo, así en masculin...

El tiempo se ha quedado dormido

El tiempo se ha quedado dormido, insolentemente. El tiempo se ha ido despacio, sin alarmas, sin necesades. Horas, años, días, meses, siglos, inventos humanos que soportan en sí la existencia de aquella dimensión. Tiempo falso, tiempo libre, tiempo muerto... ¿Exactitud? Solo los compromisos saben recordar aquella palabra. Un día más, un día menos, en el mismo lugar, con la misma sensación. El tiempo se ha quedado dormido, Insensiblemente. Tras mi ahogo entre las horas, tras la espera de que pase la vanidad de un lunes o un jueves quizá. Y vienen "fechas" que me recuerdan que el tiempo ha pasado. Pero no delante de mí, no ha ido caminando en el roce de mi piel, pues yo sigo acá y para mí, el tiempo se ha quedado atrás. Y hay días que dicen que estás creciendo, hay años que dicen que ya has acabado con una etapa de tu vida, hay horas que dicen qué será de ti, pero también hay días (y estos abundan) que no dicen nada. Es por esto que me consume la necesidad de leer, escuchar, ve...
No seré miel, pero tengo algo de dulce y pegajoso. No seré agua, pues no he sido transparente. No soy del todo negra y por eso tampoco seré carbón. No vengo a salvarme, pues entiendo que no tengo salvación. Voy a caminar hasta que me canse, después dormiré sobre la pradera del placer.  Verdosa, amarillenta y silenciosa, porque he manchado mi alma. Ya no seré alma, porque de la tierra soy. Y no seré tierra tampoco, pues aquí me tienes civilización. Y cuando despierte y deje de escuchar esa canción, allí estarás con esa sonrisa que me llena de aliento y me recuerda que viento y ceniza soy.