En la incertidumbre del saberse errante:
viajero de preguntas
coleccionista de posibilidades
malabarista de respuestas
aniquilador de certezas;
está el vaivén de cada paso.
El abanico del mundo abierto ante mis pies
se cierra
¡clap!
No hay otra opción que poner una cerca,
porque mientras la energía se expande
el cuerpo experimenta una pequeña porción
-dentro del todo-.
Los límites susurran sus nombres
circundan los titubeos
se cansan de ser pisoteados
y hamacan sus fronteras en un florecer de consciencia.
Los surcos se llenan de agua y sube la vida,
porque lo que entra está sincronizado
con lo que soy
ahora mismo
me devuelvo el poder de construirme.
Comienza la energía a desplazarse
y me consumo en el quéhacer,
una a una las piezas se han ido juntando
pero las pequeñas esquirlas siguen buscando desesperadamente,
entonces lo entiendo: se juntan mientras escribo.
Comentarios