Tengo al amor atrapado en la barriga
puedo sentirlo en formas que no se escriben:
su revoloteo cuando alguien ha perdido la esperanza,
su palpitar cuando alguien se besa o me besa a mí,
su bailoteo en la amarga tibieza de la entraña cansada;
su crepitar ante la violencia, ante el engaño,
ante la incapacidad de mirar al otro.
No seré quién sabe del amor pero soy su refugio
y eso es lo que hay.
Soy un baúl de magia antigua
y quiero devolverla al mundo,
porque ya su ausencia me ha partido el alma.
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