Ir al contenido principal

Mareo

A veces me siento mareada, algo ida y con una revoltura en el estómago tan imperceptible como insoportable, siento que hay algo dentro de mí que no me pertenece, algo sobrenatural; a veces lo siento cerca, como cuando te beso, ahí siento que acaricio ese principio vital que no puedo explicar, tan fuerte y tan lejos de mí; no se porque se aleja si me llena completamente, no entiendo por qué me esquiva, por qué se esconde y no me permite sentirlo de verdad; sólo viene y me embriaga en su fuerte hedor a ti.

Ahora lo quiero, quiero poseerlo y no soy más que un idiota mediador; sólo te busca a ti, usa mi vientre y tal vez te encuentre en él, porque en él estas tú, a veces vienes y a veces no, pero él sabe que tú también eres una extensión de mi cavidad abdominal, sabe que cuando no estás ahí mis entrañas te evocan y de esa manera permanece tu presencia.

Eres tú, es una parte de ti, es tu identidad, tu olor, tu sabor; impotente me siento al no descifrar que hay en mí que te haga falta.

Si realmente te faltara algo sería yo quién moriría en la búsqueda interminable; ahora me ahoga el deseo de saber que es lo que se aferra a mi de una manera tan fuerte, pero que simultáneamente esconde el rostro.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una pequeña persona

Soy una persona pequeña. Esa particularidad me ha obligado a mirar por encima de mi cuerpo para buscar en los ojos de las otras personas. También me permite encontrar lugares secretos como rincones y esquinas en los que logro entrar con facilidad. Por eso fui buena para jugar a las escondidas cuando era una niña (todavía lo soy). Llena de curiosidad estaba constantemente cultivando la flexibilidad de mi cuerpo.    Recuerdo específicamente que me gustaba jugar Botetarro . Nuestra versión consistía en patear una botella de plástico lo más lejos posible y correr a esconderse, mientras la niña que quedaba iba a recuperar la botella y se devolvía de espaldas hasta el lugar inicial. Luego, ella dejaba la botella en este lugar y buscaba a los demás para volver a tocarla mientras gritaba el nombre de la persona que había encontrado. Lo más emocionante para mí era que teníamos la posibilidad de correr y de llegar antes que esa persona para patear la botella. Esto hacía que el jueg...

El tiempo se ha quedado dormido

El tiempo se ha quedado dormido, insolentemente. El tiempo se ha ido despacio, sin alarmas, sin necesades. Horas, años, días, meses, siglos, inventos humanos que soportan en sí la existencia de aquella dimensión. Tiempo falso, tiempo libre, tiempo muerto... ¿Exactitud? Solo los compromisos saben recordar aquella palabra. Un día más, un día menos, en el mismo lugar, con la misma sensación. El tiempo se ha quedado dormido, Insensiblemente. Tras mi ahogo entre las horas, tras la espera de que pase la vanidad de un lunes o un jueves quizá. Y vienen "fechas" que me recuerdan que el tiempo ha pasado. Pero no delante de mí, no ha ido caminando en el roce de mi piel, pues yo sigo acá y para mí, el tiempo se ha quedado atrás. Y hay días que dicen que estás creciendo, hay años que dicen que ya has acabado con una etapa de tu vida, hay horas que dicen qué será de ti, pero también hay días (y estos abundan) que no dicen nada. Es por esto que me consume la necesidad de leer, escuchar, ve...
No seré miel, pero tengo algo de dulce y pegajoso. No seré agua, pues no he sido transparente. No soy del todo negra y por eso tampoco seré carbón. No vengo a salvarme, pues entiendo que no tengo salvación. Voy a caminar hasta que me canse, después dormiré sobre la pradera del placer.  Verdosa, amarillenta y silenciosa, porque he manchado mi alma. Ya no seré alma, porque de la tierra soy. Y no seré tierra tampoco, pues aquí me tienes civilización. Y cuando despierte y deje de escuchar esa canción, allí estarás con esa sonrisa que me llena de aliento y me recuerda que viento y ceniza soy.