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A pedacitos,
uno,
dos,
tres
...y siguen cayendo.

Como si no importara te das cuenta que ya no sos lo mismo. ¿Pero qué sos? Soy algo pues tengo poca carne y muchos huesos y sigo latiendo. Tal vez el ritmo sea diferente, pero escucho un latir y lo siento. Quizás no lo sienta cerca y eso me asusta. Tal vez cambiar, algo que siempre ha sido tan divertido, ahora sea difícil.

Primero era un juego, los sueños eran del viento y la vida no importaba, ahora me importa menos mi futuro, pero me duele mi pasado. Porque camino con "conciencia", camino sin atajos, con dolor en los pies y metiendo el corazón hasta el fondo. Ay de mi corazón, roto y sin oxígeno, ahora no ando regalando nada, me he quedado sin nada para dar. He tratado de usar la sinceridad, pero he notado que a la gente le molesta eso, le molesta la crudeza de las palabras certeras.

¿Y qué me queda?
Una caricia.
Una tarde.
Una libreta y unos zapatos rojos.
El vacío, el triste vacío.

Comentarios

Alicia Reyes ha dicho que…
me encanta la simpleza y también lo visceral de este escrito.

Saludos! :)
Oscar Atehortúa ha dicho que…
Hey Tru! despues de pasar varias veces por tu blog, decidí hacerme una cuenta pa´ poder comentar y decirte que me gusta bastante la forma en que escribís. La última parte de este esta brutal.

Todobien la Tru.
Laura María ha dicho que…
Ahhh que belleza ome!

Muchas gracias querido Osquillar por comentar. Esto soy simplemente yo queriendo salirme un poco entre palabras !

Un abrazo
Catalina Arroyave. ha dicho que…
Y qué bueno que lo hagás.
Me gusta este texto.

:)
Laura María ha dicho que…
Gracias Cata bonita :)

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