Ir al contenido principal

Dragoniante

Se me hacía difícil saber si era mi reflejo en el espejo o el de un dragón, si, tenía unas pequeñas alas en mi costado, una enorme y anaranjada barriga, garras y hasta orejas puntiagudas. Pero podía ver mis manos, mis pies, tocar mi vientre y mis cabellos, y sin embargo, la imagen del enorme dragón continuaba golpeando el espejo y retumbando en mis pupilas como algo más que una imagen. Pero era mi espejo y era yo mismo frente a él que seguía ahí helado e inmóvil, esperando a que mi delirio pasara. No sólo no pasó, el dragón comenzó a salirse del espejo y a entrar en mi habitación, volaba y abría sus fauces echando fuego, yo corrí a refugiarme tras la silla blanca que hay al lado de mi cama, y entonces, el me ve y sopla quemándome las pestañas…

Ahora soy un niño dentro de un dragón, es difícil vivir aquí, todo está mojado y no huele bien, pero me estoy acostumbrando, esto es como un pequeño infierno, a veces juego con unas criaturas verdes que viven acá, les gusta beber el agua morada que hay en todos lados, les gusta jalarme y tocarme las orejas. A mi me parece divertido no saber realmente donde estoy, podría hacer que el dragón vomite y salir de aquí, pero ¿quién tiene la oportunidad de vivir dentro de algo así?

Comentarios

Esteban ha dicho que…
Como un ezquisofrénico a punto de derrumbarse ante su enfermedad.
Anónimo ha dicho que…
Yo quiero tener la oportunidad de vivir en algo asi ;)

Entradas populares de este blog

Sustento de tierra dulce

Imagino que soy sin este cuerpo un saber ser, un absoluto que no se pregunta por lo absurdo y mucho menos por lo abstracto. Esa imagen que no es táctil me sabe a humo y sube hasta lo que sabemos es la atmósfera que nos cobija la vida. Me separo de lo que soy para intentar amar sin nudos que me nublen la posibilidad de crecer e intento romper esa fina capa de oxígeno que nos contiene. Ingenio una vía hacia la estrella más cercana y me solidarizo con un calor que ya no siento, pero aún lo recuerdo, y ahora más que nunca resisto. Más y allá comienza la fusión con ese fuego que enceguece y del que no quedan formas ni ataduras terrenales. Saber y sentir son pasados de lo que ya esta nada en la que me he convertido no tiene el más mínimo reflejo. Dispersa en lo lácteo de mi camino me he tropezado con los límites del universo conocido: la materia oscura, el túnel hacia otra dimensión que no requiero porque ya no existe la curiosidad con la que comencé este viaje, no existo yo, así en masculin...

El tiempo se ha quedado dormido

El tiempo se ha quedado dormido, insolentemente. El tiempo se ha ido despacio, sin alarmas, sin necesades. Horas, años, días, meses, siglos, inventos humanos que soportan en sí la existencia de aquella dimensión. Tiempo falso, tiempo libre, tiempo muerto... ¿Exactitud? Solo los compromisos saben recordar aquella palabra. Un día más, un día menos, en el mismo lugar, con la misma sensación. El tiempo se ha quedado dormido, Insensiblemente. Tras mi ahogo entre las horas, tras la espera de que pase la vanidad de un lunes o un jueves quizá. Y vienen "fechas" que me recuerdan que el tiempo ha pasado. Pero no delante de mí, no ha ido caminando en el roce de mi piel, pues yo sigo acá y para mí, el tiempo se ha quedado atrás. Y hay días que dicen que estás creciendo, hay años que dicen que ya has acabado con una etapa de tu vida, hay horas que dicen qué será de ti, pero también hay días (y estos abundan) que no dicen nada. Es por esto que me consume la necesidad de leer, escuchar, ve...
No seré miel, pero tengo algo de dulce y pegajoso. No seré agua, pues no he sido transparente. No soy del todo negra y por eso tampoco seré carbón. No vengo a salvarme, pues entiendo que no tengo salvación. Voy a caminar hasta que me canse, después dormiré sobre la pradera del placer.  Verdosa, amarillenta y silenciosa, porque he manchado mi alma. Ya no seré alma, porque de la tierra soy. Y no seré tierra tampoco, pues aquí me tienes civilización. Y cuando despierte y deje de escuchar esa canción, allí estarás con esa sonrisa que me llena de aliento y me recuerda que viento y ceniza soy.