Ir al contenido principal

Aquí y Ahora

Aquí entre las distancias
de las cercanías frustradas
de las riveras en fractal
de las muertes y de los deseos,
está la mirada confusa del ser.

Aquí entre las sustancias
de barriles desnudos
vacíos de maternidad
escombros de espumosa verdad,
está la cebada fermentando luz.

En medio del mundo y de la roca que lo compone
se avista una melodía quebradiza
una amarga noche de retumbar
de volver a encontrar un cuerpo que huye
y se embriaga con atenciones.

Oído envuelto en agua
traído al ahora entre las sedosas fibras
con la mano suelta y el vientre burbujeante.

Escuchar la mar
que esparce la luz
sin canales ni espacios
sin necesidades,
en armónico pitido estridente
en líquido amniótico
de consonancia retórica.

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una pequeña persona

Soy una persona pequeña. Esa particularidad me ha obligado a mirar por encima de mi cuerpo para buscar en los ojos de las otras personas. También me permite encontrar lugares secretos como rincones y esquinas en los que logro entrar con facilidad. Por eso fui buena para jugar a las escondidas cuando era una niña (todavía lo soy). Llena de curiosidad estaba constantemente cultivando la flexibilidad de mi cuerpo.    Recuerdo específicamente que me gustaba jugar Botetarro . Nuestra versión consistía en patear una botella de plástico lo más lejos posible y correr a esconderse, mientras la niña que quedaba iba a recuperar la botella y se devolvía de espaldas hasta el lugar inicial. Luego, ella dejaba la botella en este lugar y buscaba a los demás para volver a tocarla mientras gritaba el nombre de la persona que había encontrado. Lo más emocionante para mí era que teníamos la posibilidad de correr y de llegar antes que esa persona para patear la botella. Esto hacía que el juego empezara de

Exoesqueleto

Creo que ha muerto toda mi piel por más que me miro no me reconozco: ya no tengo el color ni la textura ni la miel, me he enroscado en un abrazo sin fondo me he abierto hacia el vacío de imagen hacia el abismo del ser. Aún me cuesta soltar esta última capa siento la carga de años en ella  -su encanto su canto- como si allí entre todas las heridas siguiera escrito el mapa y yo perdiera el rumbo por no estar al tanto, por decidir no estarlo. Saber de la mutación me saca del juego me mantiene en un letargo sin ritmos. En un proceso de construcción del ego contra la corriente de antiguos miedos y mecanismos. Finalmente la nueva cara llega luego y ese yo de siempre en el que no existimos alimenta al espíritu consumiéndose en el fuego. Y queda la muda abierta al mundo.