La música de la tierra caliente una mujer la canta la siente en su alma amiga la escucha en un formato moderno, descubre su voz en los agudos sonidos entre el contratiempo y la cumbia. La pierde entre la teoría y la forma en la que ama la música. La distrae entre guitarras eléctricas y solo capta su voz. Los sonidos no entran en las palabras pero reconoce la idea del tambor en un mar psíquico donde la representación es ardiente no comprensible y suena en el corazón. Pasa el tiempo y vuelve a sentir un vacío: en el estómago en la garganta en la música que suena en la emisora universitaria. Camina despacio pero sus caderas van rápido, la alegría instantánea reconecta la raíz. ¡Vuelve el tambor y toca directamente el corazón! Se siente negrito con cuero madera y un millón de lombrices recorriéndole todo el cuerpo. Se siente vibrar con ganas de tocar duro el alegre sonar el grito que le falta a su voz para chispar. Tocarla desde adentro, desde el ritmo en e...
Soy un gato de mí que escribe