En el marco de la cátedra Héctor Abad Gómez, que se viene realizando desde el 2006 en homenaje al gran luchador de la educación, la salud y los derechos humanos, llega Piedad Córdoba a la facultad de medicina para hablar de intercambio humanitario.
Yo no sé mucho sobre este renombrado personaje de la esfera pública del país, he escuchado lo que todos los colombianos escuchamos a diario, desde las fuentes que ella misma califica de poco informativas. Sé también que es una senadora de la república de la izquierda del partido liberal, de sus relaciones con Chávez y de las liberaciones por medio de diálogos que ha gestionado con las FARC. Pero este día la he escuchado hablar, ella llega con un discurso opositor, donde muestra las heridas de este país que está cansado de la guerra, un conflicto que está perdido, donde se invierte una gran cantidad de presupuesto en una carrera armamentista que lo único que hace es acrecentarlo. Me ha asombrado la pasión con la que habla de las personas que a diario se duermen sin comer nada, que no tienen acceso ni a salud ni a educación y que son sólo una sombra en este país, porque no hay inversión, no hay una solución, como lo ha dicho ella: en este país el único problema y el culpable de todo son las FARC, según nuestro gobierno actual, que se desvive en una persecución a muerte y que ha dejado un poco de lado el sostenimiento en educación y salud que a tantos hace falta en este territorio.
Ha comentado también sobre las conversaciones que mantiene con los paramilitares extraditados a EU (Salvatore Mancuso, Jorge 40 y HH), en las que ha tenido grandes revelaciones de masacres y actos verdaderamente reprochables, dice también que la extradición está llevándose consigo a la verdad, pero está luchando para recuperarla. Esta senadora tan polémica nos ha contado además lo que está haciendo en Antioquia y en el Chocó, recalcando ante todo los derechos humanos y defendiendo la verdad.
Se declaró antipatriota, algo de lo que muchos la han tachado, y lo dice así porque esta no es la patria que ella quiere y por eso se opone rotundamente a ella. Esta mujer sueña y nos invita a soñar con una patria más equitativa, con una verdadera inclusión, donde el intercambio humanitario sea posible para al menos no seguir alimentando una guerra en la que los actores políticos se arman para defender verdades y contradicciones que se pueden poner en mesa de diálogo.
Es consciente de su poca popularidad y de su demonización en el país, pero dice que hay personas que sólo ven televisión y por eso no están bien informadas para oponerse a ella. Para Córdoba los medios de comunicación están siendo ineficientes en la manera de informar y en el contenido que están brindando, recalca la responsabilidad que tienen y lo poco objetivos que están siendo en este momento, al menos para dar una información completa, donde el país conozca y se concientice de cada proceso adelantado por el gobierno. Pero es optimista, ha hablado de la llegada al poder por parte de la oposición, dice que es importante luchar y caminar en pro de la sociedad, pero que el verdadero progreso está en llegar al poder, es así como habla en primer lugar de un cambio en las vías de comunicación de nuestro país, para que se abarque la información verdadera, la consciencia y el sentido de pertenencia de esta nación cegada por la imagen nacionalista y populista del gobierno actual.
Claro que también se ha referido al tema candente del momento, las bases estadounidenses en el país, ha dicho que Colombia no puede perder autonomía, que las fuerzas militantes de Estados Unidos nunca se dejarían dictar por otro país, y que así mismo Colombia debe ocuparse de los problemas de Colombia, pero sabe que eso no tiene vuelta atrás.
Yo apenas he leído algunas entrevistas de dicha senadora, todavía no estoy tentada hacia ningún lado, me falta empaparme bastante para tener argumentos y criterio de una posición; sólo sé que de esta mujer brota energía y pasión, que trabaja y muestra día a día las llagas internas de este país que intenta tener buenas relaciones exteriores pero aún no se pellizca por la sociedad y su calidad de vida. No me gusta el gobierno actual, el tiempo se le ha cumplido y ha dejado grandes vacíos por ser tan radical con la tal seguridad democrática, se necesita de verdad libertad en el discurso, derecho a la oposición y tolerancia en esta nación, para que en realidad haya una construcción colectiva del país que queremos los ciudadanos comunes, soñadores y poco políticos.
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